
Un santuario en la selva donde la cultura maya cobra vida
Ubicado en el corazón de Valladolid, Yucatán, nuestro hotel es un portal a un mundo donde la naturaleza y la cultura maya se entrelazan con el lujo y la exclusividad. Aquí, el tiempo se desacelera y cada detalle está diseñado para reconectar el cuerpo y la mente con lo esencial. No somos solo un hotel, somos un destino en sí mismo, un refugio para quienes buscan autenticidad, paz y experiencias profundas.
Un cenote propio: el agua como símbolo de libertad y conexión
Imagina despertar con el sonido del viento acariciando la selva y caminar descalzo hasta un cenote sagrado, donde el agua cristalina refleja el cielo y el espíritu de la tierra. Este no es un cenote cualquiera; es un santuario natural donde nuestros huéspedes tienen acceso privilegiado para nadar, sumergirse en la tranquilidad de sus aguas y, próximamente, vivir ceremonias ancestrales mayas diseñadas para renovar la energía.
Sumergirse aquí es una experiencia liberadora. Es el encuentro con un mundo subterráneo que ha permanecido intacto durante siglos, un espacio de introspección y renacimiento.
Gastronomía: el fuego como arte, la fusión como identidad
Nuestro restaurante no es solo un lugar para comer, sino un espacio donde el fuego y la creatividad transforman ingredientes locales en experiencias gastronómicas inolvidables. El chef Nelson Ay lidera una cocina que fusiona con maestría la tradición maya y la herencia española, creando platillos que honran el origen de cada sabor.
Cocinamos con ingredientes frescos de la región y métodos ancestrales como la cocción en
pib (horno de tierra), el ahumado con maderas aromáticas y el fuego vivo. Cada platillo es un tributo a la historia y a la tierra, una sinfonía de sabores que despiertan los sentidos y cuentan una historia con cada bocado.
Espacios que respiran: piedra, selva y arquitectura en armonía
Aquí, la arquitectura no domina la naturaleza, sino que la abraza. Nuestras construcciones están inspiradas en la cultura maya, utilizando piedra tallada, materiales naturales y diseños abiertos que permiten que la selva se integre en cada rincón.
Al recorrer nuestros senderos, los huéspedes pueden sentir la energía de la tierra bajo sus pies, observar la luz filtrarse entre los árboles y disfrutar del lujo de lo simple: el sonido de los pájaros, el aroma de la vegetación, la brisa cálida de Yucatán.
Por la noche, el cielo se convierte en un espectáculo sin igual. Sin contaminación lumínica, las estrellas se revelan con una claridad que solo la selva puede ofrecer. Alrededor de la fogata, los huéspedes pueden compartir historias, escuchar el susurro del viento entre los árboles y reconectar con lo más esencial.